guion

Un día en la vida - Julio César

Temporada 1 /

Episodio 5

publicado el 21.03.2025

Julio César: JC

Presentador: P

Narrador: N

intro
P

la historia que van a escuchar es una adaptación del texto ‘Penúltimos recuerdos de un balsero’, del escritor cubano Carlos Manuel Álvarez. esta crónica fue finalista del Premio Gabo en la Categoría Texto en la edición del 2023.

el protagonista de estos eventos está bajo los efectos de una gran conmoción y ha declarado que se siente débil.

apertura
P

hola. bienvenidos a ‘La mala palabra’, un podcast de El Estornudo.

yo soy Enrique Guzmán Karell, y este es un espacio donde contamos historias reales, cosas que han sucedido a personas como tú.

esta es nuestra primera temporada, se llama ‘Un día en la vida’, y tiene cinco episodios. en cada uno hacemos una narración en torno a un suceso que cambió la vida de su protagonista, que determinó un antes y un después.

el episodio de hoy se titula Julio César.

la voz del protagonista ha sido dramatizada a partir del testimonio original y se recrean situaciones muy impactantes, no aptas para menores.

el actor Mateo Menéndez interpreta a Julio César y el actor Luis Alberto García es el narrador.

Luis Alberto nos cuenta así:

PARTE 1
N

a la una de la tarde del sábado 28 de agosto de 2021, un navegante divisó una embarcación rústica que flotaba sin rumbo en las aguas de Fowey Rocks, zona baja de paseos en yates, fiestas privadas y buceo deportivo, a unas ocho millas de Key Biscayne, al sureste de la ciudad de Miami.

poco después, el cuerpo maltratado y sin fuerzas de Julio César Capote fue rescatado y asistido.

llevaba diez días en el mar.

JC

al ver que yo perdí a todo el mundo, me dije: ya, me voy a tirar aquí en la balsa. me voy a morir… y ahí me tiré al berro arriba e’la balsa, a que me dieran las olas. a que me llevara el mar, a donde quisiera tirarme.

N

la deshidratación, las quemaduras y el cansancio lo han vuelto achacoso, y lo han lanzado, desde sus veinte años, directamente a la vejez en menos de dos semanas.

JC

yo me sentía ardiendo. parecía que me estaban quemando. el sol, muchacho…

N

le tiran unas botellas de agua y unos pedazos de pollo. Julio César mastica con furia y bebe con desesperación.

dijo sentirse agradecido del navegante que lo asistió y llamó al Servicio de Guardafronteras estadounidense, un protocolo bien conocido en el sur de la Florida. si el rescatista sube al náufrago en su embarcación podría verse implicado en un caso de tráfico humano.

el cubano recuerda que la persona que lo ayudó no hablaba español.

JC

¡’chacho! cuando vi ese señor… me volvió el alma al cuerpo. gracias a él yo estoy aquí. 

N

en un barco equipado para la seguridad y el rescate, Julio César recibe los primeros auxilios. allí logran estabilizarlo en mar abierto con sueros de rehidratación.

JC

los guardacostas me cogieron y me trasladaron hacia un barco. ahí me acostaron en el piso, me dieron agua, y después me trasladaron pa’ otro. me preguntaron si venía gente conmigo y les dije que sí.

después me pasan pa’ una ambulancia, me ponen suero y to’ eso. y después estaba en el hospital.

N

en el Jackson Memorial Hospital de Miami, donde permanece tres días.

PARTE 2
N

Julio César es alto. tiene el pelo decolorado de amarillo, la piel trigueña… en el brazo, un tatuaje con su nombre. sus pómulos son filosos y su mentón ancho. habla poco.

JC

mi casa es un albergue, de mampostería.

N

“su casa” es en Cuba, en la provincia Artemisa, al oeste de La Habana.

JC

finca San Juan se llama eso ahí.

N

la Finca San Juan es una de las zonas rurales del poblado de Cabañas, en la costa norte de la provincia. allí la gente vive del trabajo agrícola y la ganadería menor. no hay telefonía fija y la atención primaria de salud queda a unos cinco kilómetros. la electrificación es precaria, hay una sola bodega y algunas viejas vaquerías. las carreteras y los caminos están llenos de baches y ninguna ruta de transporte público pasa por San Juan. la gente entra y sale del pueblo en transportes de tracción animal.

JC

20, 30 familias viven ahí. ahí to’ el mundo me conoce. to’ el mundo me conoce ahí, se lleva conmigo.  to’ el mundo me quiere.

N

la casa de Julio César está dividida en cuatro pedazos con paredes de bloque y madera. el techo es de fibrosen. en la cocina hay un fogón eléctrico, una repisa desnuda y un fregadero improvisado. vive en un ambiente poco iluminado. hay sillas de hierro en la entrada de la sala, el mueble de la televisión cubierto por manteles bordados a mano y unos gruesos marcos con fotos familiares.

JC

yo primero… después de la secundaria, estaba estudiando soldador, tengo mi título de soldador.

N

Julio César se graduó de Obrero Calificado y obtuvo un título de soldador en la escuela Manuel Nodarse.

JC

estando en esa carrera, estaba en boxeo, en deportes, dos años. estuve dos años en deportes.

na… la primera vez que me subí a un ring me entró un nervio porque yo nunca me había subido en un ring. y ya… eso me motivó también. 

después de eso ya… dejé el boxeo… yo dejé el deporte… y luego el Servicio, me cogió el Servicio.

N

fue llamado al Servicio Militar, que en Cuba es obligatorio para los hombres.

en el verano de 2021 Julio César tenía varios trabajos. uno de ellos estaba muy cerca del mar.

JC

en Herradura, ahí mismo, ahí pinchaba yo. en Herradura hay una playa pero donde yo trabajaba es como si fuera… como si fuera… una vaquería. ahí lo que hacía era chapear las aromas.

N

la aroma o marabú es un arbusto que ha ocupado las tierras ociosas de toda Cuba. buena parte de ellas abandonadas luego del cierre de cientos de centrales azucareros. los testigos del desmantelamiento de la industria más importante del país, han visto como ese proceso también los desarticulaba a ellos.

JC

yo trabajaba también en una cochiquera.

mi pincha era echarle comida a los puercos y limpiar también.

lo que yo me fui de la cochiquera pa’l trabajo de Herradura porque ahí me pagaban más.

 en los días de descanso hacía tendederas con el consorte. vendía las tendederas donde se tiende la ropa. o si no, me iba con los socios a pescar. también vendía pescaos’…

N

pescaba en ríos y presas. clarias, tencas…

JC

truchas, lebrín, carpas…

N

vendía la ensarta de cinco pescados a $50 pesos cubanos, excepto la trucha, que se cotizaba por libra.

pasaba sus ratos libres con sus amigos.

JC

nosotros nos reuníamos con los consortes y nos íbamos para la casa de alguno. ahí guarachábamos… nos sentábamos un rato a jugar dominó… y na… ahí pasábamos la noche. el ratico por la noche, compartir ahí, normal…

 yo lo que tengo son mi mamá, y dos hermanos. mi hermana que tiene 15 y mi hermano tiene 13.

N

Julio César creció en ese pueblo junto a su tío, Chenli Yoan Capote.

su tío era militar. una actividad que en breve definirá los destinos de esta historia.

después de pasar el Servicio Militar, Chenli Yoan permaneció en el ejército y estudió la especialidad de armamento en una brigada de artillería ubicada en el municipio Caimito. otro de los personajes de estos eventos, Josué Gabriel Rojas, era compañero suyo de carrera.

PARTE 3
N

y llegamos al domingo 11 de julio de 2021, día de protestas masivas en Cuba, en las que participó Julio César.

JC

ese día yo salí solo… la policía maltratando a las personas y dando bastonazos. aquello era el diablo bendito. y la gente gritándole a las patrullas… eso fue en Cabañas, ahí… en Mariel, ahí…

N

nunca antes, en más de sesenta años, la gente había volcado patrullas de policía, insultado al presidente en funciones ni rodeado en tono beligerante las sedes del Partido Comunista.

unos días después Julio César recibió una llamada de su tío.

JC

a mi tío lo estaban obligando a que le diera golpes a las personas en la calle ¿viste? y él me llama, porque él no es ese tipo de persona. y él me llama: oye, nos están obligando a que le caigan a golpes a las personas en la calle… a mí eso no me gusta eso… y yo le dije: mi hermano, yo voy contigo hasta fuera porque a mí tampoco me gusta eso, y eso no se hace. son seres humanos igual que nosotros. y yo… yo estoy de acuerdo con todo eso.

N

en esa llamada el tío también le dice que no comente nada con la familia, que no se puede enterar nadie.

JC

le digo: hermano, habla, dime. díceme: oye, vamo’ a pirarnos. mi hermano, vamo’ a pirarnos. me dice: yo compré un motor… bueno, si compraste un motor, mejor todavía. y ya, me contó eso… pa’ irnos… pa’ venir pa’ cá.

N

el motor nunca apareció. días después le alquilan la balsa a El Moro, un pescador de Herradura, aunque solo ellos saben con qué propósito.

JC

salimos casi amaneciendo. era oscurito. temprano, como a las seis de la mañana, por ahí… yo sé que salimos un sábado, fue un sábado, pero ya ahí yo no me acuerdo de más na’…

N

la balsa era de dos metros de largo por uno de ancho, y estaba hecha de poliespuma, madera y un pedazo de aluminio. embarcaron Julio César Capote, su tío Chenli Yoan Capote, y los hermanos Karen Rojas y Josué Gabriel Rojas. llevaban una brújula y tres mochilas, una con agua y refresco, otra con panetela y una con galletas. los remos eran para los dos primeros. Karen y Josué Gabriel nunca habían remado, y Josué Gabriel ni siquiera sabía nadar.

JC

a los hermanos yo no los conocía. mi tío sí tenía amistad con ellos ya, hacía rato ya… eran de Artemisa. yo los conocí ese mismo día…

ese mismo día creamos una amistad que fue increíble.

N

entre los miles y miles de balseros cubanos que han intentado a lo largo de décadas cruzar el Estrecho de la Florida, hay muchos cuyos motivos para lanzarse al mar cumplen la misma condición de Julio César. hay una costumbre de la memoria social. después de haber escuchado tantos relatos de balseros, la travesía no es ya una excepción, ni una rareza, ni tampoco un desafío. es como un número más en un trámite colectivo.

JC

sí, sí, siempre estuvo ese… ese miedo, esa precisa, sobré qué nos iba a pasar… yo siempre, siempre, tuve miedo, porque no sabía lo que me iba a pasar en la trayectoria, en el mar… pero pa’ lante…

N

los primeros tres días transcurren serenos, se diría que el mar los seduce. Josué Gabriel se marea mucho y su hermana canta temas de El Chacal y de otros famosos reguetoneros nacionales. incluso se aburren.

JC

estaba todo bien, todo iba bien. íbamos bien, cantando y haciendo cuentos y riéndonos y todo eso. la muchachita era la que más cantaba…

hasta que llegó ese día… el tercer día…

todo se nubló, empezó a llover, empezó a llover muy fula.  

el viento también muy fuerte. y ahí se nos vira la balsa…

N

una primera tormenta desvía el recorrido de la balsa. se rompen los remos. la brújula también la pierden y la única garantía mínima, antes de quedar completamente a la deriva, es Chenli Yoan, que sabe ubicarse a partir de la referencia de las estrellas y el sol.

JC

nosotros sabíamos que eso era de pinga, desde allá hasta aquí en remos. sabíamos que se iba a demorar bastante.

había momentos que había calma. el sol estaba bien. todo estaba limpio y había calma… un día na’ má.

N

pero había algo que para Julio César era más preocupante que el viento, las olas o el sol.

JC

las noches… cuando te virabas por las noches, ¡ufff…! a veces cuando la lancha se viraba por las noches… ¿cómo decirte? sin saber lo que hay allá abajo esperándote cuando se vira. ¡muchacho!

eso era terrible… oscuro, no se veía nada, nada, nada, nada… y viento, agua… eso era terrible… frialdad, mucha frialdad… pa’ qué explicarte…

por la noche eso se ponía feo…

N

con los embates del viento y las olas, la embarcación se vuelca cinco veces, pierden sus escasos víveres y el pánico y el frío los dominan. las olas alcanzan los diez metros. tienen miedo.

Josué Gabriel vomita, Karen llora sin consuelo, aterrada. el sol y el mar le desprenden las uñas. tiene la piel de las costillas despellejada y los dedos sangrantes.

las nubes, entre grises y negras, son parte del paisaje.

JC

en ese momento dijimos: ahora sí nos vamo’ a morir, porque sin comida, ni na’. ¿quién vive así?

N

pero a todo lo anterior se agregó algo más…

JC

fue impactante… se habían partido los remos, y estábamos yo y mi tío, con los pies metidos en el agua, ahí, dándole a los pies pa’ balancear la balsa. y cuando miro pal’ lao’ veo al bicharracón ese… el tiburón completo, que viene así… pa’ arriba e’ nosotros. y yo le digo: tío, ¡sube los pies, mira, un tiburón! y nos subimos pa’ arriba e’ la balsa, y metimos los pies. era un bicharraco dándonos vuelta y vuelta. nos quedamos tranquilos, ahí en la balsa, y el bicharraco aquél… aquello era más grande que la balsa. aquello dando vueltas… eso fue… ¡’chacho!

N

Julio César pierde la noción de los días. recuerda que luego de la tormenta fueron muy escasos los momentos de tranquilidad. y algo que no por conocido es menos alarmante.

JC

vimos barcos, pero no nos paraban, ni na’. no nos recogían, ni na’. vimos cruceros, de to’… les hacíamos señas, pero nada. barcos todo el tiempo, bróder… nos pasaban así, cerquitica…

N

Karen estaba desesperada. lloraba. tenía mucho miedo…

JC

ella ya se sentía débil ya… ya no quería venir pa’ Miami, quería regresar pa’ Cuba. ella quería virar y no quería ya venir pa’ cá, y nos dice: no aguanto más. y ahí se tira pa’l agua con el hermano.

N

Julio César y Chenli Yoan no lograron convencerlos. era de día. no se veía la costa.

JC

nosotros les damos dos pedazos de poliespuma, y las olas empiezan a llevárselos y ya no los vemos más… y ya… dejamos de verlos… fue impactante ¿viste?

N

la marea los arrastra. los dos que quedan sobre la balsa pierden fuerza física y claridad mental. alucinan.

JC

mi tío me decía que le picara el dedo para que se lo pastoreara.

N

Chenli Yoan creía que su dedo era una vaca que su sobrino debía alimentar y cuidar.

N

y diciendo cosas que no caben… se estaba volviendo loco, volviendo loco…

no… no me acuerdo de mucho… yo sé que él decía cosas, pero no… no caigo. no me acuerdo de eso. yo sé que él decía cosas…

N

pero el turno de Julio César no demora en llegar.

JC

hubo un momento que yo aluciné… yo aluciné que tenía familia debajo del mar. que tenía una chamaca abajo del mar, y que tenía que irme pa’ llá, pal fondo, que eso iba a salvarme y… coño, ¿qué es esto? ¿qué es esto que estoy pensando? no puede ser… y me desperté otra vez.

N

hay un momento impreciso en que el tiempo se desfigura. la balsa pierde cada vez más partes.

JC

se zafa un pedazo de poliespuma de la balsa. yo estaba acostado, así, de lado, de espaldas a él. y él estaba acostado boca abajo. yo veo que la balsa empieza a moverse. y yo le estaba diciendo: ¡oye, ¿qué inventas?! echa pa’ ca que te vas a caer pa’ bajo. yo me levanto y cuando miro ya… se había caído pa’l hueco… y ya, se cayó pa’ bajo, pa’l agua, la ola se lo llevó.

yo veía la cabeza así… y no pude, no, no…

N

Chenli Yoan desapareció bajo las olas. Julio César no lo vio más.

JC

ahí me quedé solo… tremenda presión en el pecho… me quería volver loco, me quería volver loco… y sin poder hacer na’…

N

deja de preocuparse por todo y ya no le hace señas a ningún barco. sigue quemándose, pero sin furor, como un cigarro encendido que alguien abandonó y termina de consumirse solo, lento.

durante esos días se tragó cinco pescados crudos.

JC

la balsa tenía un hueco y en el hueco ese había un pedazo de aluminio que tú ponías los pies ahí pa’ remar. y entonces, los pesca’os venían a comerte la punta de los dedos. yo los los arrinconaba, y los cogía, los pelaba con la boca y me los comía.

luego lo único que hacía era tomar agua, agua na’ ma’. agua salá.

N

aunque era consciente de que el agua salada no la debía tomar.

PAUSA
P

una pausa y volvemos.

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PARTE 4
P

estamos de regreso con esta adaptación de ‘Penúltimos recuerdos de un balsero’.

Julio César y Luis nos cuentan así.

JC

me siento bien, bien. todavía no me creo que estoy aquí. me parece increíble…

N

la tarde del 1 de septiembre, le dan el alta médica a Julio César.

el breve video del rescate y la imagen de Julio César inundan las noticias locales de Miami. Adrián Delgado, su primo, lo ve desde su casa de la Pequeña Habana y le avisa a su padre, Carlos Delgado. nunca antes se han visto, la relación de Julio César con su familia paterna es nula, pero Carlos igualmente decide hacerse cargo del asunto.

JC

cuando ellos ven el video de la balsa que el tipo que me da la botella de agua, él me reconoció ahí. no los conocía. nunca los había visto.

N

va a pelarse a una barbería, lo reconocen y no le cobran. en el supermercado Publix, un señor se acerca y le regala veinte dólares. cada vez que sale a la calle alguien lo abraza y lo alienta.

el 7 de septiembre su tío lo lleva a otra consulta médica. le cambian las vendas y le entregan frascos de antibiótico. la piel le pica, muda la piel del mar.

JC

el domingo tengo que quitarme esto completo, limpiarme, y volver a ponérmelo otra vez y el martes, creo… ir al hospital pa’ que me vea un médico.

N

y pasan los días… un juez le aprueba a Julio César su caso de asilo político y poco después le entregan un parole, lo que regulariza su estancia en Estados Unidos y le permite trabajar legalmente. su tío le sugiere que estudie en una escuela en la que pueda aprender algunos oficios útiles. Julio César contesta con desgano.

hay cierta tristeza en las conversaciones y rituales de celebración que lo rodean. su mirada contiene una cantidad insoportable de dolor.

JC

anoche yo me asusté… anoche yo estaba ahí, acostado en la cama, normal, viendo el televisor, una película, y me empezaron a salir lágrimas, así… na… empecé a llorar así….  me salieron así… solas… yo me dije, ¡alabao, me estoy quemando! me estoy volviendo loco…

N

Julio César empieza a trabajar en el Palacio de los Jugos de la calle Flagler y la 57 avenida, una de las catedrales de la comida criolla en Miami.

la gente comienza a olvidarlo, a aceptarlo como uno más. él sigue hablando poco.

como en todo náufrago, hay algo permanentemente confuso en la expresión de este muchacho. uno no sabe en qué dirección le corre el tiempo, como si viniera de la vejez a la juventud.

JC

a veces yo siento que él me llama. cuando estoy durmiendo a veces siento que me está llamando. y cada vez que lo veo en el televisor, en una foto, empiezo a llorar y to’ eso porque… es que es de pinga. eso no es fácil. ver a un familiar ahí, a la cara, frente a ti, y viendo que las olas se lo llevan y se lo llevan y uno sin poder hacer na’…

eso es de pinga…

CRÉDITOS
P

este testimonio es de septiembre de 2021.

narró Luis Alberto García.

en el papel de Julio César, Mateo Menéndez.

las voces de ambos actores fueron grabadas en LyT Estudio, por Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán.

la edición y mezcla de sonidos son de Irina Carballosa Socarrás y la ilustración es de Laura Llópiz.

hemos escuchado fragmentos de los temas musicales:

La costumbre, de El Chacal,

El campeón, de El Kimiko y Yordy,

Ese soy yo, de Elvis Manuel,

Fragmentos de Música electroacústica, de Juan Blanco, y

Por Cuba, la que me vio nacer, creada e interpretada por Baby Lores, El Chacal, Chocolate, Srta Dayana, El Micha y muchos otros reconocidos reguetoneros cubanos,

la música original para ‘La Mala Palabra’ fue compuesta por Carlos Sarmiento.

yo soy Enrique Guzmán Karell, estuve a cargo de la adaptación del texto y la producción, con la asistencia de Irina Carballosa Socarrás y Laura Llópiz.

con este episodio concluye nuestra primera temporada. han sido momentos que hemos disfrutado y de los que nos sentimos agradecidos. en breve vendrán nuevas historias.

gracias, muchas gracias por escuchar.