Un día en la vida - Alejandro 30.04.2024 / 33 minutos temporada 1 / episodio 1 ¿Qué es tener buena o mala suerte? ¿Dónde comienzan los accidentes? ¿Dónde terminan? Alejandro es un psicólogo de 45 años que ha vivido experiencias extremas. De ellas tiene secuelas y enseñanzas. De su relato se extraen experiencias útiles. Making Of Ilustración Guion Créditos temporada 1 / episodio 1 Publicado el 30.04.2024 Transcripción Inés Casal Narración Rachel Cruz Guion Laura Llópiz Música Carlos Sarmiento Edición y mezcla de sonido Irina Carballosa Ilustración Laura Llópiz Asistencia de producción Ileana BotalínLaura LlópizIrina Carballosa Producción general Enrique Guzmán Karell X temporada 1: un día en la vida episodio 1: Alejandro Alejandro Suárez: AS Presentador/a: P Narrador/a: N — INICIO AS … fue un sonido sordo, retumbante y largo, prolongado, vibrante… «una fuerte explosión sacudió en la mañana de hoy al hotel Saratoga en la capital de Cuba, en La Habana. esta fuerte explosión ocurrió en horas de la mañana de este viernes en el hotel Saratoga de La Habana, según comentan testigos a través de publicaciones en redes sociales…» «al filo de las once de la mañana de este 6 de mayo, una explosión en el hotel Saratoga, emblemática instalación turística en la Habana Vieja, quebró la tranquilidad de la capital…» «acaba de explotar el Saratoga aquí mismo alante’e mí…» P el viernes 6 de mayo de 2022, a las 10:50 de la mañana, un escape de gas provocó una explosión en el hotel Saratoga, en La Habana. el edificio no tenía huéspedes, estaba en mantenimiento, y sufrió daños considerables. 47 personas murieron, 52 resultaron heridas… AS y justo en el momento en que sirvo la taza de café, que voy a llevarle el café al electricista, justo en ese momento estalla la bomba… — PRESENTACIÓN P hola. bienvenidos a ‘La mala palabra’, un podcast de El Estornudo. yo soy Enrique Guzmán Karell, y este es un espacio donde contamos historias reales, eventos que han sucedido a personas como tú. esta es nuestra primera temporada, se llama ‘un día en la vida’, y tiene cinco episodios. en cada uno hacemos una narración en torno a un suceso que cambió la vida de su protagonista, que determinó un antes y un después. el episodio de hoy se titula Alejandro. AS mi nombre es Alejandro Suárez D’Espaux. tengo 45 años. soy psicólogo… P también es un hombre que sabe lo que es sobrevivir a eventos extremos. en este episodio se utilizan términos y se relatan acciones que podrían resultar impactantes, por lo que no es apropiado para menores. hoy contamos con la narración de la actriz Rachel Cruz. y ella cuenta así: — PARTE 1 N la explosión en el hotel Saratoga derribó casi la mitad de un edificio colindante, en el que Alejandro y su pareja tenían un apartamento que rentaban a través de la plataforma Airbnb. AS y en el momento en que el hotel Saratoga explota, yo estaba ahí junto con un electricista y un albañil dando los últimos retoques para recibir un próximo alquiler. básicamente lo que teníamos que hacer era instalar unas cámaras de seguridad… N ese día Alejandro había estado desde temprano en función del apartamento. AS nosotros llegamos allí, qué sé yo, a las 9 de la mañana viene siendo y en lo que el albañil fue trabajando en la sifa, yo salí a la calle a buscar una cajita. N dejó al albañil adelantando su parte y fue con el electricista a conseguir una caja exterior plástica para instalar el router que debía transmitir la conexión de internet a las cámaras. regresaron relativamente pronto. AS yo siempre parqueaba frente a la Asociación Yoruba, siempre estaba eso ahí medio vacío porque estaban los latones de basura, pero ese día estaba ocupado, y parqueé en el único espacio que había, que era justo delante de la puerta de la entrada del hotel, ahí frente a la marquesina del cartel del hotel Saratoga. parqueamos y subimos. habrán transcurrido, no sé, siete, diez minutos cuando sucede la explosión… N el Saratoga es un inmueble de estilo neoclásico construido entre los siglos XIX y XX en la esquina del Paseo del Prado y la calle Dragones. sus fachadas principales, que sobrevivieron a la explosión, miran hacia el Capitolio de La Habana. en la misma acera de Prado que el hotel está la sede de la Asociación Yoruba de Cuba; y entre ambos, compartiendo con ellos las paredes colindantes, se encontraba el edificio de viviendas en el que estaba Alejandro en el momento de la explosión. AS parecía una bomba aquella historia, entonces lo primero que se oye es un estallido alto, sordo, o casi sordo, y seguidamente es el desmoronamiento, el sonido del desmoronamiento. N este edificio, situado en Prado no. 609, fue construido en 1940. en el 2022 tenía cuatro pisos y veintisiete apartamentos. los doce del ala norte, la que colindaba con el Saratoga, desaparecieron con el derrumbe, como si al edificio lo hubiesen cortado por la mitad, como quien abre un coco en dos. el apartamento de Alejandro estaba en el ala sur, que quedó en pie. AS gracias a eso fue que no se cayó el apartamento de nosotros y… y me salvé ¿no? N miró alrededor y se quedó atónito. todo se detuvo por un instante. AS miré… el pensamiento también de decir «esto se fue a la mierda», porque… bueno, todas las paredes rajadas, olvídate del alquiler, olvídate del plan, del proyecto que teníamos nosotros de futuro y de economía, después de haber pasado dos años, tres años reparando el apartamento, preparándolo, con todos los detalles… justo lo pudimos alquilar casi que un año, luego llegó la pandemia y… iniciando el… el alquilar de nuevo después de la apertura de la pandemia, bueno, ahí viene la explosión. N se asomó al patio interior del edificio para entender lo que estaba sucediendo, pero no logró mucho. desde allí se escuchaba el barullo general, las reacciones y los gritos de los vecinos, el ruido de los fragmentos que aún se desprendían de los dos inmuebles… se sentía la conmoción, pero no se veía la calle. AS bueno, volví a entrar al apartamento y el electricista me dijo «oye, vámonos de aquí que esta mierda se va a caer». N su primera idea fue que había sido un accidente doméstico o una explosión provocada por algún vecino. quizás una balita de gas… AS me doy cuenta de que no era eso por… cuando salgo al pasillo por la dimensión. y luego, había una vecina que decía que el hotel Saratoga explotó, pusieron una bomba en el hotel Saratoga, una cosa así, ¿no? porque igual… fue la primera idea que uno piensa, ¿no?: «una bomba, una bomba». N ante la incertidumbre, lo único sensato era abandonar el edificio cuanto antes. AS la primera idea, la primera respuesta fue salir por la puerta del edificio. esto es un apartamento que es en altos, un tercer piso alto… entonces, cuando fuimos a bajar por la escalera, casi no se veía, no se podía respirar, por el humo de la explosión, lo mismo que se ve en las imágenes exteriores que el humo llega así lejísimo, bueno, imagínate, nosotros estábamos justamente al lado, ese humo se metió pa’ dentro del edificio… N pero cuando llegaron abajo descubrieron que la puerta de salida estaba bloqueada por los escombros… no podían salir. AS y en ese momento te diría yo que es el momento en que yo… como que tuve una sensación de pánico, de sentirme como una rata atrapada, sin salida, un ratoncito atrapado así en una cajita, que no… no tiene cómo salir. N subieron y pudieron acceder a un apartamento vacío que tenía balcón hacia la calle Prado. AS pudimos salir al balcón y por fin respirar un poco de aire… más o menos limpio y ahí fue, en ese momento, que… que tuve una dimensión de lo que había pasado, cuando miré el Saratoga hecho talco y el edificio de nosotros, parcialmente derrumbado la…, un tercio del edificio, la mitad del edificio… AS y bueno, en ese momento dije «¡ño, apartamento y carro», bueno, esa onda de, bueno, «apartamento, carro, por suerte estoy vivo», ¿no? es como que… uno lo que piensa es en esa historia. N al carro de Alejandro, un Honda FIT de 2008, aplastado por el impacto del derrumbe frente a la marquesina del hotel, apareció en muchas de las imágenes sobre la explosión que dieron la vuelta al mundo. AS si logras ver las imágenes del carro, el carro quedó completamente escachado. por supuesto que diez minutos… si la explosión hubiese sido diez minutos antes, siete minutos antes, nos hubiese matado a mí y al electricista. no hubiésemos hecho el cuento. N el apartamento de Alejandro tenía una ventana hacia la azotea de la Asociación Yoruba. la azotea era un par de metros más baja, pero al menos era asequible. AS ahí, pues, nos dispusimos a escapar por ahí. N de los sobrevivientes del derrumbe que intentaban encontrar la forma de salir, tres vecinas se unieron al grupo. cada una cargaba algo consigo. AS me causó curiosidad luego pensando cómo cada cual va rescatando lo posible de lo que tiene y… y que tiene cierto valor; en este caso, las vecinas se llevaban… una un perrito, la otra el loro, por suerte no había ningún familiar de ellos dentro de la casa; hubo una vecina que lo que cargaba era la libreta de… de contactos, imagino la libreta donde tenía los contactos de teléfono. N pero Alejandro y su esposa no vivían allí, tal vez por eso no había nada lo suficientemente afectivo que salvar. N la salida por la ventana era un paso que utilizaban con cierta frecuencia. tenían una escalera que alcanzaba la altura justa para bajar hacia la azotea. AS fue una salida cómoda, aunque no encontraba las llaves en ese momento porque, bueno, uno está con una tensión ahí, un pánico y una cagazón del carajo y el corre-corre y demás, lo que intenté fue más o menos guiar a los vecinos para que pudieran bajar y que no tuvieran algún tipo de… de lesión, que no se fueran a caer o que no fueran a pasar nada. N sin embargo, a pesar de ese nerviosismo que él sentía, el albañil lo percibió sereno y en control. AS a él le llamó mucho la atención cómo yo conservé cierta ecuanimidad, pero es que, bueno, me sentía medio responsable de… de ellos dos que eran los trabajadores que estaban allí haciendo la labor, uno de ellos mayor. N y luego, ¿qué hacer una vez que estaban en la azotea? AS el lío es que la Asociación Yoruba se… para entrar a la Asociación Yoruba desde la azotea, había que abrir un candado con una reja y… ese candado estaba cerrado. N el electricista recordó que en el apartamento había un hacha. AS volví a entrar al apartamento, busqué el hacha y tenía una sed del carajo, y cogí unas aguas que tenía ahí y salí con las aguas y con el hacha, le di el hacha al electricista, el electricista rompe el candado… N y entonces encontraron otro obstáculo. AS la puerta de salida a la calle estaba trancá, bloqueá y, bueno, empezamos a dar unas cuantas patadas ahí a ver si abría hasta que vino el mismo administrador de la Asociación Yoruba, el director de allí y nos abrió y saliendo nosotros, entró entraron los bomberos y entraron por la misma ventana y rescataron al resto de los vecinos. N a Alejandro se le superponen los recuerdos, no tiene una noción clara del tiempo en esos momentos, pero calcula que no pasaron más de diez minutos desde la explosión hasta que lograron salir. en ese lapso, la noticia había caminado y las autoridades estaban actuando, los hospitales más cercanos estaban en alerta y, sobre todo, mucha gente de los alrededores se había involucrado y brindaba apoyo. AS eso estaba allá abajo… era un alboroto, era una locura… ahora, nosotros salimos y con la misma me monté en el carro del electricista y, como huyendo… es una cosa como que uno entra en un plan ahí de… de escape y «sálvese quien pueda» y lo que importa es la vida y no importa nada material ¿no? N se fueron. por fin se fueron bien lejos, bien rápido. tan lejos y tan rápido como pudieron. P sobrevivir a un accidente que pudo ser mortal es una experiencia intensa. la mayoría de las personas no vivimos algo así. sin embargo, para Alejandro ni siquiera fue la primera vez. — PARTE 2 AS eso fue en agosto… 29 de agosto de 1998, en Quito, Ecuador. yo tenía veinte años acabados de cumplir, el 16 de agosto es mi cumpleaños y el 29 de agosto fue… «el avión de Cubana de Aviación explotó luego de chocar contra un taller mecánico cuando intentaba despegar. «el número de muertos en el accidente aéreo en Ecuador…» N un poco después del mediodía del martes 29 de agosto de 1998, el avión que operaba el vuelo 389 de Cubana de Aviación y que cubriría el trayecto entre Quito y La Habana, con una escala en Guayaquil, se estrelló intentando despegar. murieron ochenta personas, incluida la tripulación. de los pasajeros a bordo solo sobrevivieron veintidós. AS yo recuerdo que yo llegué al aeropuerto temprano en la mañana, después de una noche de tremenda borrachera y fiesta y demás, con una resaca tremenda… N Alejandro había pasado el verano en Quito visitando a su papá, que vivía allí. este era su vuelo de regreso a La Habana. abordó el avión con los otros setenta y cinco pasajeros y los catorce miembros de la tripulación. se sentó en una de las primeras filas. AS yo creo que iba delante del ala, en la parte izquierda del… al lado mío se sentó un tipo que conocí ahí ese día, que era médico, nefrólogo del Clínico Quirúrgico… y me cayó súper bien. y él ahí me estaba dando tremenda muela y yo estaba con tremenda resaca, estaba loco por dormirme, hasta que vino otra pasajera, ecuatoriana en este caso, se sienta… o sea yo iba en ventanilla, él iba en el medio y al lado se sienta esta muchacha… N aprovechando que la nueva pasajera conversaba con el doctor, Alejandro se cambió a la fila de atrás, que tenía espacio, sin tener la menor idea de que posiblemente esa decisión le salvaría la vida. AS me puse el cinturón, me quité los zapatos y, eeeh, baja el telón, o sea, me dormí, o creo yo que me dormí, no sé. «Cubana 389, listo, puesta en marcha turbina. autorizado encendido, llame rodaje. oK, llamaremos. listo rodaje.» N durante el primer intento de puesta en marcha del avión los motores no respondieron. tras la intervención de la tripulación, dos motores arrancaron y lo llevaron hacia la pista, donde se puso en operación el tercero. «comenzamos taxeo para la posición. punto de espera 35. 389 autorizado en punto de espera en pista 35 Quito. enterado. muchas gracias. autorizado.» «389 está autorizado para despegar. viento 160 grados con 8 nudos. 160 grados con 8 autorizado despegue Cubana 389. afirmativo. está autorizado.» N después de recibir el permiso para el despegue, el avión empezó a acelerar, pero cuando los pilotos intentaron elevarlo no lo lograron. a ochocientos metros del final de la explanada la tripulación decidió abortar el despegue y aplicó los frenos, pero era demasiado tarde… debido a su alta velocidad, al TU-154 no le dio tiempo a parar, y a las 13:03 se salió de la pista y derribó el muro perimetral del aeropuerto. la colisión lo seccionó en partes que se incendiaron. una de ellas, a su paso, destruyó dos viviendas cercanas y un taller de reparación de autos, fue a parar a un campo de fútbol, y allí explotó. la memoria que tiene Alejandro de este evento es reconstruida. recuerda elementos anteriores y posteriores, pero no el momento de la explosión. él mismo lo compara con los acertijos de «baja el telón, sube el telón». AS y cuando sube el telón… que abro los ojos, estoy en un el hospital, en terapia intensiva, con el entubamiento este artificial de respiración artificial, entubado… eeehh, con respiración artificial, el monitor este de ritmo cardíaco «pi, pi, pi» entonces, cuando yo despierto, lo que veo es que estoy todo entubado, estoy en un sitio… ahí yo empiezo a rebobinar y digo «oh, ¿y aquí qué pasó? ¿no?» porque mi plan era, salí de Ecuador e iba a llegar a La Habana, y entonces ahí sospeché que, por supuesto, algo había pasado… un accidente. ya. N en ese momento no lo sabía ni lo podía sentir, pero Alejandro tenía varias vértebras desplazadas y un disco fragmentado que invadía el canal de la médula. tenía, además, múltiples fracturas: en la cervical, en tres costillas, una en un fémur que había rozado la arteria femoral… tenía el cúbito del brazo derecho partido en tres pedazos, desgarrado el ligamento cruzado posterior de la rodilla izquierda, hemotórax en ambos pulmones y una hemorragia interna importante. también tenía una herida enorme encima de una cadera, provocada por un trozo de avión que se enterró y, por supuesto, diversos cortes medianos o pequeños, un montón de hematomas… estaba parapléjico. AS llaman a mi papá, mi papá llega, me está mirando con una cara de mierda del carajo y yo tampoco entendía por qué la cara de mierda si yo estaba vivo… claro, a mi papá… primero la noticia era que no iba a sobrevivir, luego la noticia es que si sobrevivía me quedaba parapléjico y… bueno, lógico que esa era la cara que expresaba mi papá. N logró comunicarse a duras penas, haciendo señas con la única mano que podía mover, y confirmó lo que había sucedido. también supo que el doctor, su compañero de asiento, no había sobrevivido al accidente. AS quien primero me socorre era un equipo… un grupo de bomberos voluntarios. N a Alejandro le gusta decir que en esa vuelta lo salvaron de la muerte tres personas, en tres momentos distintos. el primero fue un socorrista del equipo que fue de inmediato a buscar y rescatar sobrevivientes. AS me encuentra en la pista, o sea, en el asiento, con el asiento amarrado, sobre un montón de escombros, de pedazos de avión y él me dijo que de pedazos de restos de cuerpo humano… yo creo que me salvo porque se parte el avión por donde yo iba, y me… me despide. hay quien dice que vio imágenes de un asiento volando con una persona… y él iba socorriendo, encontrando, buscando gente, buscando sobrevivientes y me vio que yo estaba moviéndome, que hablaba, él se acercó, dice que yo le dije mi nombre, mi edad, que yo tenía orientación… el hombre ahí coge, me monta en una camilla… y esos son mis… aparezco en la televisión en un canal, o sea en la CNN cuando dan las noticias ese día, son mis cinco minutos de fama, aparezco yo que salgo por delante la cámara ahí. «at least 76 people were killed, including seven on the ground; 26 were injured. there are still people unaccounted for and rescue workers are searching the smoldering wreckage for survivors…» N lo trasladaron al hospital al que estaban llevando a los sobrevivientes. AS y ahí, me cuenta la… la otra que me salva, Sandy se llama la muchacha, Sandy Maldonado, creo recordar el nombre… N allí lo salvan por segunda vez. AS y entonces, bueno, esta muchacha era su primer día de… de socorro, su primera experiencia, y ella dice que entra a este hospital de traer heridos de otro accidente que hubo ese día de una guagua que se cayó, y me ve a mí, que me tenían dentro de una bolsa negra plástica de estas de cadáveres, de muertos, con zipper, con un suero puesto y tirado en un rincón ahí y ella cuando me ve dice «coño, pero este chamaco está…» o sea, yo estaba… ve que estoy vivo, ve que me iba a morir si me quedaba ahí… N Sandy decide trasladarlo al Hospital Metropolitano de Quito, un hospital con mejores condiciones, de los mejores de la ciudad. AS en el camino, dice que… yo me iba apagando, estaba perdiendo mucha sangre, eeeh, y… y bueno, ella me cuenta que yo le decía «no te vayas, no te vayas, quédate aquí, quédate aquí» y ella me decía «no cierres los ojos, no cierres los ojos bonitos» y esta… Sandy tiene unos ojos lindísimos y yo la piropeaba, la piropeé en ese momento, yo no quería que se me fuera a ir y… «los ojos lindos son los tuyos. no te me vayas de aquí. ay, qué lindos ojos tú tienes, ven acá, quédate aquí». por supuesto que no, me imagino que no con esta intensidad de voz, sino que moribundo porque realmente había perdido mucha sangre y estaba to’ descojona’o y dolorido. N y en el Metropolitano lo salvaron por tercera vez. AS una enfermera espectacular. la importancia… de los enfermeros y las enfermeras en los hospitales es… son los que están ahí arriba de… del enfermo ahí… Vaya, pa’ qué. Carmen se llama la enfermera. N su estado era tan delicado que tenía poquísimas probabilidades de sobrevivir, y la terapia intensiva del hospital estaba llena de otros pasajeros del avión que luchaban por su vida, igual que Alejandro. el personal de salud trabajó muy duro. lo estabilizaron con no pocas dificultades. Carmen le contó luego que decidió exprimir manualmente las bolsas de sangre para acelerar al máximo el ritmo de entrada de la transfusión. AS hay detalles así como que importantes que tienen que ver con yo haber sobrevivido, por ejemplo, yo tengo sangre o-… yo tenía unos amigos en Ecuador que… que trabajaban en la radio, y… hicieron el llamado para donantes de sangre o-… y fue súper curioso porque ahí, eeehh… la gente que fue y que donó sangre y que me fue a ver y que me iba a ver al hospital, gente que no me conocía: una salvadoreña que había peleado con el Che en no sé qué la’o, y entonces la tipa tenía una proximidad con Cuba y una historia; una aeromoza de Aeroflot que también fue y donó sangre y me fue a ver. o sea, hay varios personajes que… que acompañan el asunto que es… que es curioso ¿no? es interesante la solidaridad de la gente… N lo sometieron a varias operaciones. fijaron el fémur con una varilla intramedular, también fijaron la columna. el cúbito tuvo que esperar una semana, pero igualmente lo intervinieron y lo recuperaron. estuvo más de un mes en el hospital Metropolitano y cada día mejoraba un poco. fue el septiembre más largo de su vida. «septiembre es un pez, el sueño del cielo bailando desnudo en las alas del mar…» AS la sensibilidad yo la recuperé también progresivamente, ¿no? o sea, yo estuve parapléjico en un momento, pero luego eso se fue recuperando. «…el mundo otra vez yo estoy donde mismo no esperes por mi…» N sin embargo, lo que generaba más intranquilidad en Alejandro era algo que no aparecía en el informe médico. AS de todos los descojonamientos físicos que tuve, el que más me «traumatizó» fue el… el de escroto y pene. N a Alejandro, un tipo rubio, le sorprendió lo que vio cuando se miró la zona. AS mora’o con cojones, negro, prieto. se puso prieto los huevos y la pinga. prietos. y así pasé un mes… bueno, que no se me paraba. y eso me tenía preocupado. el pene fue cambiando de color, se fue aclarando con los días, ¿no? lo que sí no se me paraba. se me vino a quitar al mes, con una novia que tenía en Cuba. la primera noche que dormimos juntos, pues… el compañero reaccionó ahí, el compañero… se… se defendió. y… ahí ya, bueno, funcionó. yo pensé que no iba a funcionar. «septiembre es un pez, para mi recuerdo un niño llorando…» N en La Habana Alejandro estuvo casi un año internado entre el Centro Internacional de Restauración Neurológica, conocido como CIREN, y el hospital nacional de rehabilitación Julito Díaz. a mediados de 1999 le dieron el alta. «…la muerte se fue…» — PARTE 3 N está claro que lo crucial en el momento de un accidente como estos en los que ha estado Alejandro, es sobrevivir; pero qué sucede luego en la sobrevida. ¿cuándo empieza un accidente? ¿terminan los accidentes? AS todo… mi recuperación fue divina y en parte, yo creo, por… por la actitud mía feliciana de… bueno, esto es parte de la vida, estas cosas pasan, y uno no se puede echar aquí… a tirarse aquí a estar regodeándose en lo que pasó, sino que es a partir de ahora cómo es que uno empieza a reconstruir y a rehacer las cosas ¿no? «vengo a darte mi proeza última temo a todo lo que huele a trágico soy verdugo de la risa estética como látigo de tierno crítico» el evento en sí, no… el drama son las consecuencias del evento. el accidente del avión lo que me trajo fueron traumas… los traumas no fueron psicológicos: yo no tengo miedo a montarme en un avión, a mí me encanta viajar en avión. los traumas fueron físicos. N el cuerpo sobrevivió, sí, y qué bueno que sobrevivió, pero obviamente es un cuerpo dañado y con secuelas que se van acentuando con los años. AS entonces, bueno, eso requiere de una disciplina que ahora a los cuarenta y cinco años todavía no la he logrado hacer, que es una disciplina de hacer ejercicios, de… alimentación para no engordar porque tengo… yo tengo una… una fractura en la columna, una fractura en la cervical, una atrofia muscular de las dos piernas… los ligamentos to’ jodíos… N a los veinte años, Alejandro era un muchacho que practicaba bastante ejercicio físico. AS montaba bicicleta, montaba a caballo, me gustaba jugar cancha, coger olas… N nada de eso puede hacer desde entonces. tampoco correr, cargar pesos… vive con dolores frecuentes en varias partes del cuerpo. pero los efectos del accidente del Saratoga fueron de otro orden. AS un trauma económico en el caso del Saratoga que, por supuesto, ese trauma económico lleva a tener que reconfigurar de alguna forma la vida… N claro, porque de la explosión del Saratoga salió ileso, pero perdió su fuente de sustento. perdió todo lo que había invertido: años de esfuerzos y de sueños puestos en un inmueble que había adquirido por una coincidencia en realidad sorprendente. AS la muerte en sí no me aterra, ni me da miedo, no me preocupa; lo que me preocupa es el dolor, la enfermedad y todo lo que antecede al momento de la muerte. es curioso porque yo, antes del accidente del avión creo que tenía un pensamiento medio mágico-supersticioso, no religioso, pero con cierta religiosidad y… paradójicamente, diría yo, después de sobrevivir al tema este del avión, pues la conclusión fue totalmente atea. si me salvé no es por nada divino, sino porque… cuestiones estadísticas de estar sentado donde… en el momento y el lugar y qué sé yo… N la cosa es que todos tenemos accidentes o podemos tenerlos. de algún modo puede que estemos todo el tiempo a punto de que algo nos pase, que de un día para otro nos cambie la vida. «pues bueno como no hay suerte y forja el hombre su vida puede pensar que mi herida sea cuestión de mala suerte» AS la gente me dice «¡qué suerte tú tienes!» y yo digo «sí, es una suerte dentro de la mala suerte… yo hubiese preferido que ninguno de los dos eventos hubieran sucedido, pero ya que sucedieron ¡qué suerte sobrevivirlos! ¿no?» N pero el elemento más extraordinario de toda esta historia insólita es el que correlaciona, el que establece un vínculo directo entre el primer y el segundo accidente. AS hay una cosa curiosa en todo el hilo… el hilo entre un accidente y otro: es que, en resumen, se puede decir que… yo tuve el accidente del avión… me indemnizaron eeehh… por el accidente del avión, la aseguradora de Cubana de Aviación, una aseguradora inglesa, fuimos a un proceso… o sea, se estableció una demanda contra la aerolínea y me indemnizaron; y parte de ese dinero lo reinvertí o lo invertí en la compra y en la reparación de este apartamento. yo decía «coño esto es un dinero que lo logré» o sea, lo discutí, me lo dieron, lo volví a… ¡y me lo volvieron a quitar! N suena increíble, ¿verdad? con tantos apartamentos que se podrían haber comprado en tantos edificios… con tantos vuelos que se podrían tomar en tantos viajes… pero en esta historia quiso el azar que la indemnización del primer accidente terminara pagando la presencia de Alejandro en el segundo. y es que el azar… solo el azar, convirtió a una catástrofe en la causa, en el origen, de otra catástrofe. «este canto que resulta rítmico en su acento de palabra esdrújula me parece que no siembra el pánico pero asusta a los que son frenéticos es un canto ameno con su lógica lleva adentro solo su polémica y no quiere discutir con físicos ocupados en crear atómicas» P parece ficción, pero no, este no es un espacio de ficción. esto es ‘La Mala Palabra’, un podcast en el que todas las historias son reales. «ay, quien tuviera la suerte de tener suerte en la vida ay, quién tuviera la vida de tener vida en la suerte» AS yo soy un tipo accidentable. «vengo a darte mi palabra última y mañana te daré la próxima si no tengo que volverme mágico seguiré burlándome del féretro» — CRÉDITOS P este testimonio fue grabado entre septiembre y diciembre de 2023. hizo la transcripción, Inés Casal. la identidad visual de ‘La Mala Palabra’ y el guion e ilustración de este episodio son de Laura Llópiz. narró Rachel Cruz. la edición y mezcla de sonido son de Irina Carballosa. hemos escuchado fragmentos de los temas musicales: — Son de la suerte esdrújula, de Pedro Luis Ferrer, acompañado por Lena Ferrer, — Nadia, de Santiago Feliú; y — Fragmentos de Música electroacústica, de Juan Blanco. la música original de este espacio fue compuesta por Carlos Sarmiento. yo soy Enrique Guzmán Karell, y estuve a cargo de la producción general, con la asistencia de Ileana Botalín, Laura Llópiz e Irina Carballosa. estaremos de regreso en dos semanas, con vivencias de personas como tú. gracias, muchas gracias por escuchar.